Castellón escribió este domingo una página de las que no se borran. El coso de Pérez Galdós vibró desde el primer segundo con la Gran Final del Campeonato de España de Recortadores, organizada por Toropasión. El aire se cargó del aroma de las grandes citas: plaza prácticamente llena, emoción en los tendidos y quince de los mejores recortadores del país esperando la llamada de los portones. El toro, la verdad y la historia se dieron cita en una mañana que pedía épica. Y la encontró en David Ramírez ‘El Peque’.

El veterano ‘Peque’ dio el todo por el todo en Castellón.

El toro y el festejo popular se lo debían. A sus 51 años de edad y con 32 temporadas en activo, con más de un centenar de festejos por temporada, jugándose la vida en todos los rincones de España y del mundo. Tanto en plazas de primera como en cosos de barrotes. Siempre con la pasión por el toro por delante. Nadie que se haga llamar aficionado puede ponerle un solo pero.

Castellón fue testigo de su consagración. ‘El Peque’ firmó una actuación espléndida, llena de entrega y verdad. En la semifinal frente a un pavoroso toro de Martín Lorca se arrodilló sin colocar al toro, cruzado, incierto, peligroso. Y aun así lo quebró de rodillas, dejando que los pitones rozaran sus riñones. La plaza explotó en un solo grito. No era una suerte más: era una declaración de vida. La forma de decir que la edad es solo un número y que el toro aún le debía una mañana grande.

Entonces llegó la última batalla. El serio número 21 de Villamarta reseñado para la final salió con la solemnidad de los toros importantes. ‘El Peque’ se fue a portagayola de rodillas para esperarlo. El toro no quiso mirarle, pero no importó. Lo volvió a intentar. En el tercio. De rodillas. Y lo quebró con el pitón rozándole la espalda. La plaza, entera, rugió con él. En la segunda ronda volvió a lucirse al recorte, dejándole toda la ventaja al toro y ganándole la cara con una limpieza de manual. En la tercera, con el coso convertido en un volcán, se arrodilló otra vez. El toro, entregado. El pitón, de nuevo rozándole la espalda. La plaza, en pie. ‘El Peque, eterno’. Castellón coreó su nombre mientras el tiempo se detenía.

Cuando el veredicto llegó, nadie se sorprendió: David Ramírez “El Peque”, Campeón de España 2025. Campeón a los 51 años. Campeón tras 32 temporadas. Campeón porque el toro y el festejo popular se lo debían.

En el centro de la plaza, ‘El Peque’, arrodillado, recibiendo la ovación que resume una vida entera: la de un recortador que nunca se rindió, pionero en el mundo del recorte, defensor del festejo popular y del toro, que ha visto pasar generaciones por su lado y siempre ha dado la cara. Un hombre que ha sabido adaptarse y seguir ganando batalla tras batalla. Siempre con la afición por bandera. Siempre con el toro por delante.

Una vida por y para el toro. Una vida de entrega absoluta. Una vida que merecía una mañana así.

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